Vanidad de vanidades, todo es vanidad en la Anglogalician.
Ahora ha surgido algo totalmente extraño al proyecto inicial de los arquitectos y a la pequeña y violenta comedia humana en que yo desempañé un papel como veterano de tantas campañas; algo que ninguno de nosotros pensaba entonces.
Una flama rojiza...Una copa de peltre más grande...la llama que los antiguos caballeros vieron desde sus tumbas en Yardley Gobion, y que vieron apagar; ese fuego vuelve a encenderse para otros soldados lejos del hogar; más lejos en su corazón que Galiza o Inglaterra. No habría sido posible encenderla si no fuera por los nuevos arquitectos y los bisoños creyentes de la Causa, y aquí la encuentro esta primavera extraña de nuevo prendida entre las viejas piedras que llevamos recorriendo desde 2007.
Apresuré el paso y llegué al cuartel de los porcos bravos donde se planeaba la enésima purga.
- Hoy pareces mucho más contento que de costumbre - dijo el nuevo senescal del Main.
Siempre es demasiado tarde para recordar a quien no se debe invitar la próxima vez.